domingo, 28 de octubre de 2007

Cordones -Reportaje- edición

Después de meses preparándose para el gran encuentro, es en las áreas de Maternidad de los hospitales donde madre-hijo pasan sus primeras ansiadas horas juntos. Los primeros olores, apretones. Las primeras horas de sueño juntos, las primeras amamantadas, observadas sigilosamente por alguna obstetra dispuesta a atender el menor improvisto. Es en una blanca sala donde la madre agudiza su oído para distinguir en adelante el auxilio de su ex huésped uterino.
Si bien el registro fue de un hospital de Peñalolén, pudo ser cualquiera. Las madres siempre irradian ternura y felicidad plena. Las guaguas siempre llorando de forma exagerada. La madre mira a su hijo, la guagua se calla. Ambos duermen. Se hablan, se conocen, se sueñan y duermen. Después viene la obstetra para lavar, mudar, pesar, alimentar y controlar a alguien que aún está sorprendido de su cuerpo. La madre sueña. La guagua regresa, ambos ríen y empiezan a vivir.

jueves, 18 de octubre de 2007

Cordones -Reportaje-

Después de meses preparándose para el gran encuentro, es en las áreas de Maternidad de los hospitales donde madre-hijo pasan sus primeras ansiadas horas juntos. Los primeros olores, apretones. Las primeras horas de sueño juntos, las primeras amamantadas, observadas sigilosamente por alguna obstetra dispuesta a atender el menor improvisto. Es en una blanca sala donde la madre agudiza su oído para distinguir en adelante el auxilio de su ex huésped uterino.


Si bien el registro fue de un hospital de Peñalolén, pudo ser cualquiera. Las madres siempre irradian ternura y felicidad plena. Las guaguas siempre llorando de forma exagerada. La madre mira a su hijo, la guagua se calla. Ambos duermen. Se hablan, se conocen, se sueñan y duermen. Después viene la obstetra para lavar, mudar, pesar, alimentar y controlar a alguien que aún está sorprendido de su cuerpo. La madre sueña. La guagua regresa, ambos ríen y empiezan a vivir.


































Auto retrato II

El escenario está listo, luces prendidas, tablas dispuestas, la realidad como imagen reflejada en los demás. Nadie te conoce realmente cómo eres. Siempre te preparas para salir al mundo sin saber qué habrá, si te leerán de correcta manera.Pese a mi extremo escepticismo, y por diversas razones, me he leído las manos un par de veces, me han tirado las runas y el tarot. Sólo una cosa se repite: la doble vida. Dos profesiones, dos mujeres, dos familias, dos presentes. Para mi, estas líneas de vidas marcadas y paralelas representan la dualidad cotidiana. Mis sueños, secretos, mentiras, historias, pensamientos más ocultos, preparándose para el escenario iluminado.
El telón se abre y sólo ven al personaje iluminado, sus caretas y vestuario, pero nadie observa al actor detrás del maquillaje, a la sombra tras el senital.

lunes, 8 de octubre de 2007

Auto retrato



El escenario está listo, luces prendidas, tablas dispuestas, la realidad como imagen reflejada en los demás. Nadie te conoce realmente cómo eres. Siempre te preparas para salir al mundo sin saber qué habrá, si te leerán de correcta manera.

Pese a mi extremo escepticismo, y por diversas razones, me he leído las manos un par de veces, me han tirado las runas y el tarot. Sólo una cosa se repite: la doble vida. Dos profesiones, dos mujeres, dos familias, dos presentes. Para mi, estas líneas de vidas marcadas y paralelas representan la dualidad cotidiana. Mis sueños, secretos, mentiras, historias, pensamientos más ocultos, preparándose para el escenario iluminado.

El telón se abre y sólo ven al personaje iluminado, sus caretas y vestuario, pero nadie observa al actor detrás del maquillaje, a la sombra tras el senital.




jueves, 4 de octubre de 2007

Retrato II, el retorno

El destino puso las gafas en el camino de Daniel . "Las compré en Buenos Aires, y me gasté dinero que nunca me gastaría en anteojos para el sol. Fueron los pesos que gané -algo más de 100- en el casino, al apostarle al número 14 los que utilicé en comprarmelas". Y Daniel intenta ver el destino con ellas. Y el destino ve a Daniel sigiloso y espectante.